1. Aproximación: Cuando la cabeza del nadador se encuentra de 2 a 3 metros de la pared de la piscina, según su estatura y la eficiencia de la tracción de los brazos, inicia la última tracción, en este caso con la mano derecha. La mano izquierda continúa impulsando atrás, mientras él mira adelante, a la pared.
Una mano se detiene a su costado y la otra mano continúa la tracción hacia atrás para colocar las dos manos a los costados.
2. Giro o viraje: el nadador realiza una voltereta de frente a la pared, con el fin de apoyarse en ella.
3. Toque e impulso: el viraje del nadador queda completado y debe situar el cuerpo en posición para la impulsión desde la pared. Las manos, a medida que empiezan a ir adelante, casi se tocan. Continúa girando el cuerpo a efectos de situarse sobre el costado. Los pies se "plantan" en la pared a una profundidad aproximada de 30 - 40 cm.
Las piernas empiezan a impulsar adelante por medio de la extensión de las rodillas, los brazos siguen estirándose. El impulso en la pared deberá ser potente y explosiva en el plano horizontal y nunca inclinarse hacia arriba o hacia abajo.
4. Deslizamiento y propulsión hacia la superficie: los brazos están extendidos y las manos unidas por detrás de la cabeza. El nadador realiza dos batidos de mariposa mientras mantiene sus brazos estirados hasta que llega a la superficie.
Puede respirar en el primer movimiento de brazos a la salida de viraje (esta técnica es especialmente conveniente en las carreras de fondo) o puede ejecutar dos brazadas antes de respirar (como lo hace en velocidad).

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